miércoles, 2 de mayo de 2012

Comunicado del MSICG con ocasion del 1o de mayo

---------- Mensaje reenviado ----------
De: Movimiento Sindical Indigena y Campesino Guatemalteco
Fecha: 2 de mayo de 2012 11:20
Asunto: Comunicado del MSICG con ocasion del 1o de mayo

COMUNICADO DEL MOVIMIENTO SINDICAL, INDÍGENA Y CAMPESINO GUATEMALTECO –MSICG- CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

Las jornadas de lucha que dieron lugar a los eventos en cuya rememoración se celebra en todo el mundo el Día internacional del trabajo, tuvieron como demanda principal la limitación de la jornada ordinaria de trabajo a ocho horas, más ello, solamente era una bandera bajo la cual se albergaba toda una lucha por un trabajo decente; de allí que no resulte casual que también el Día Internacional de la mujer tenga sus antecedentes en la muerte de  146 trabajadoras en el incendio de una fábrica textil a causa de que las puertas y escaleras estaban cerradas para proteger los intereses de la empresa.

Aunque en muchos lugares del mundo estas condiciones han sido superadas y la amenaza de ser implementadas nuevamente en detrimento de los Estados de Bienestar está generando procesos de resistencia de la clase trabajadora; en nuestro país, a pesar de que se avanzó formalmente en incorporarlas en la legislación nacional, su vigencia es casi nula y con la asunción al Gobierno del Partido Patriota las mismas pretenden ser eliminadas de la legislación nacional y volver más postergada aún la reforma agraria tan imprescindible para la generación de trabajo decente.

Un ejemplo de la violación de los derechos más básicos como el derecho a una jornada de trabajo de ocho horas se encuentra en las propias instituciones del Estado como la Procuraduría General de la Nación, el Ministerio Público, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, el Instituto de la Defensa Pública Penal y el propio Organismo Judicial de Guatemala en donde se imponen a los trabajadores modalidades asimilables al trabajo forzoso sujetándoles a jornadas que superan los límites de la jornada ordinaria de trabajo, sin consentimiento de los trabajadores y trabajadoras, sin la efectiva remuneración y bajo amenaza de despido,  en algunos casos, como el de la Procuraduría General de la Nación, en donde la legítima defensa de los límites de la jornada de trabajo está dando lugar a calificaciones estigmatizantes de la legítima lucha sindical y amenazas de procesos penales, con el apoyo de organizaciones personalistas que, sin contar con base social, se arrogan la interlocución de la población y se han venido esforzando por la creación de una institucionalidad paralela que oculta los verdaderos problemas que enfrenta la sociedad guatemalteca.

Las reformas al Código de Trabajo y la denominada Ley de Inclusión Laboral impulsadas por el actual gobierno a través del Ministerio de Trabajo y Previsión Social que bajo el lema de generar más empleo en un país donde el principal problema es el subempleo pretenden de forma encubierta eliminar los derechos de los trabajadores y trabajadoras contratados a tiempo parcial, generalizar la contratación temporal y eliminar el papel fiscalizador de la Inspección del trabajo reduciéndola a una Institución de defensa de la impunidad  patronal es parte de ese proceso de expropiación al que los trabajadores guatemaltecos estamos siendo sometidos.

Según la Administración Tributaria en Guatemala tienen acceso al empleo formal un total de 3,122,825 trabajadoras y trabajadores registrados por la autoridad tributaria consecuentemente como trabajadores en relación de dependencia, de los cuales, 2,330,226 (equivalente al 74.62%) devengan un salario inferior al salario mínimo; 2,599,273 (equivalente al 83.23%) devengan un salario inferior al Costo de la Canasta Básica Alimentaria –CBA-; 2,790,357 (equivalente al 89.35%) devengan un salario inferior al costo de la Canasta Básica Vital –CBV- y 2,903,662 (equivalente al 92.98%) devengan un salario que no alcanza el nivel de ingresos necesario para superar el umbral de la pobreza, es decir el casi 93% de los trabajadores y trabajadores esta sometido a la pobreza a pesar de contar con un trabajo formal.

Según datos publicados por el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social para el año 2011 se encontraban afiliados al régimen de seguridad social un total de 1,154,378 trabajadoras y trabajadores; es decir, a pesar de ser obligatoria la afiliación y cotización al seguro social de todos los trabajadores del total de trabajadores en relación de dependencia 3,122,825, apenas 1,154,378  gozan de seguridad social y un 63% carecen de la misma.

Según la ENEI 2010 para ese año existía una Población Económicamente Activa –PEA- de 5,769,262 personas, el empleo formal equivale al 54.13% de la misma; reportando la misma encuesta que la Población Ocupada Total –POT- era de 5,166,386 personas; es decir, el 89.55% de la PEA.

La misma encuesta, aporta como dato que existe una población desocupada equivalente a 202,876 personas (que equivale al 3.52% de la PEA) de la cual se reportan como aspirantes un total de 36,489 personas (equivalente al 0.63% de la PEA).

En este escenario, la aprobación de las Reformas al Código de Trabajo y de la Ley de Inclusión laboral admitiendo la posibilidad del trabajo a tiempo parcial desprotegido, parte de una premisa falsa relacionada con un desempleo inexistente y, su único efecto, al incrementar la precarización del trabajo, sería incrementar el tiempo que los trabajadores y trabajadoras permanecen fuera de casa para poder obtener siquiera un ingreso de infrasubsistencia y muy posiblemente inferior aún al que hoy perciben y que sujeta al 92.98% de los trabajadores en relación de dependencia a la pobreza.

Estos datos  reflejan la debilidad del sistema de justicia, la falta de voluntad política por parte del Gobierno y del sector empresarial en avanzar hacia el pleno respeto de las condiciones de trabajo decente y la misma debilidad del movimiento social organizado del país para hacer valer las leyes y el respeto a la dignidad de la clase trabajadora, debilidad que esta a punto de costarle a las futuras generaciones los derechos más básicos como los son la protección a la maternidad, la lactancia, la jornada de trabajo de ocho horas, el derecho al pago de prestaciones laborales mínimas, el derecho a la seguridad social, entre otras.

En este marco El MSICG, ratifica su lucha como Central sindical sociopolítica y junto a sus sindicatos afiliados  ha encaminado una serie de acciones concretas en defensa de la seguridad social, de combate al fraude de ley en la contratación de trabajadoras y trabajadores, de defensa de la libertad sindical y la negociación colectiva, de reivindicación de la jornada de trabajo y contra las modalidades asimilables al trabajo forzoso, contra la discriminación en el empleo y la ocupación, contra la fijación de salarios mínimos precarios y discriminativos, de impulso a la ratificación del Convenio 189 de la OIT,  de reivindicación del derecho de consulta de los pueblos indígenas a través de sus mecanismos ancestrales, del derecho a la tierra y los territorios indígenas, de denuncia de la problemática agraria en el marco de los Convenios Internacionales en que esta es susceptible de abordarse,  de visibilización a nivel nacional e internacional  de la problemática laboral, en la búsqueda de una justa redistribución de la tierra; en síntesis, en el abordaje de la problemática estructural que impide que los trabajadores y sus familias gocen de una vida en condiciones de dignidad y salgan de la exclusión en la que están sometidos a pesar de trabajar más de doce horas diarias los siete días de la semana.

Naturalmente, la ampliación del pro gobiernismo impulsado por el gobierno anterior y retomado por actual gobierno; estableciendo espacios de supuestos diálogos con quienes no tienen un accionar concreto en estos temas, avizora  un panorama difícil para el MSICG y sus afiliadas y afiliados; no obstante, se tiene plena consciencia de que es el costo del ejercicio de la libertad sindical desde un sindicalismo congruente, autorreformado y sociopolítico con un gobierno antidemocrático y representante de las minorías que ejercen realmente el poder.

De allí que este Primero de mayo no sólo representa para el MSICG la conmemoración de las luchas realizadas por las trabajadoras y trabajadores a nivel  mundial y a lo largo de la historia por la dignificación del trabajo; es la celebración de la congruencia que se ha sabido mantener aún a pesar de la adversidad, los ataques y todas aquellas vicisitudes que conlleva el planteamiento de una  agenda estructural y de una lucha real, nacida en una inquebrantable identidad de clase.

Por esto, Ustedes, guatemaltecas y guatemaltecos, no verán al MSICG y a sus dirigencias recibiendo reconocimientos otorgados a cambio del abandono de la dignidad de la lucha obrera, tampoco le verán sentado en mesas con las que se pretenda maquillar la falta de voluntad política de proveer a la población de una vida digna, e incluso, a veces, la pretensión de atribuir los logros del MSICG a actores que poco o nada han hecho en términos reales y que han cedido la dignidad de los trabajadores a cambio de su modus vivendi.  Ustedes,  como ha sido desde su surgimiento, solamente escucharán una voz congruente, la del hermano y hermana de clase que ve en la lucha sindical una herramienta de transformación de la realidad y de dignificación humana, un movimiento autorreformado y sociopolítico capaz de decir ¡Basta! con acciones reales.

Desde esta perspectiva, el MSICG saluda la lucha de nuestras hermanas y hermanos en Europa que hoy día ven como sus garantías laborales, económicas y sociales se enfrentan a un encarnizado ataque y que se encuentran librando una lucha tenaz en defensa del Estado de bienestar de sus sociedades, saluda al Movimiento de indignados en todo el mundo y suma su solidaridad a estos procesos de lucha y resistencia.

De la misma manera saluda a aquellos gobiernos democráticos, particularmente los de Venezuela, Cuba y Argentina que han sabido apartarse de la premisa de la concentración y la exclusión como caminos para alcanzar el desarrollo y están demostrando en la práctica que solamente la redistribución y la democratización de la riqueza pueden garantizar el pleno respeto de la dignidad de nuestros pueblos.

Guatemala, 1 de mayo de 2012
CONSEJO POLÍTICO
MOVIMIENTO SINDICAL, INDIGENA Y CAMPESINO GUATEMALTECO
MSICG

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